19 abril, 2008

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¡Pero apúrate po! Si voy corriendo. Voy jadeando. Menos mal que no somos asmáticas. pero si yo si lo soy. Ya entonces quédate atrás, yo corro más, no me importai. Cómo que no te importo. No po, erí muy vaca. Vaca tú, tú me llamaste para que salieramos juntas. Ya, lo que querai, si te quiero; pero siempre das ideas y las haces a medias no más, cuando te cuesta dejai las cosas y a medias mal. Y tú también hay escho eso! Sí, si yo no te digo que no pero... Pero nada vale, estoy chata de que te hagai la santurrona siempre y yo quede como manipuladora. Ay que eres extrema, si... filo, tú diste esta idea, sigue corriendo y para de hablar que cuesta más. Pero es que tú sabes que tengo problemas al tobillo, y a la pantorrilla y a... Sí, sí, estai toa fallá, lo sé. Viste que no eres tan buena! Ay ya déjate, si nadie dijo que yo fuera santa valentina. Sí lo dicen (te ríes). Bueno, santa no soy, y déjate(dejo de correr), estás totalmente celosa de que valoren lo que yo hago y no lo tuyo, porque yo lo hago con esfuerzo, mientras tú le quitas el trabajo a otros. Mentira. Verdad; y tampoco te hagas la sabelotodo, nadie es Einstein acá, puedes dejar de fingir, eso es malo, la gente lo sabe, sabe que mientes, te conocen hace años... Vale, qué te pasa: mosca muerta. No soy mosca muerta, tú lo eres, tú tratas de ser algo que no eres y nunca admites tus errores: yo sí, me equivoco siempre, y me gusta equivocarme, y lo grito; pero estoy cansada de esto, de que manipules en cierta manera mi mente, de que lleves todo por un camino y saltas al otro sendero cuando estamos llegando a lo difícil, porque eso es ser lo que eres: cobarde, cobarde de pies a cabeza. Chao.

Cuando todo está más acelerado puede que se te pierda el filtro, y ahí sale toda la verdad. Eso es lo que sueño que pase cada vez que tomas el manubrio. Espero el choque, ansiosa y sin citurón en el asiento del copiloto.

05 abril, 2008

(no es constante)

(31.3.2008)
"Me dices suavemente al oído 'envuélvete', respirando sobre mi cuello, junto a mi pelo. Yo miro tu cara, tus ojos y digo que no, que no me envuelvo.
Busco en mi mente y digo que no, no lo haré, ni por mi cuerpo, ni por el calor de tus brazos posados en mi cintura (¿en qué momento comenzó eso a tener sentido?), ni por nada. Aunque no me importe tu edad, o tu estatura, o antes no me importaba ni en quién me envolvía (que ingenua siempre), pero si me importo yo misma, sé que esto no es lo que quiero; y aunque lo paresca, no es lo que necesito. Pero llegaste y me apretaste contra tu figura y tu risa y mi abierto pecho recibió entonces un esbozo de caricias.
Fue confusión (para ponerle un nombre a todo) y no pasión o lo que creas que es que se siente, o se sintió. No funciona como tu crees. Soy quien ves pero a la vez no, porque no sabes quien soy, y tus ojos tampoco lo ven, porque yo supe jugar al vaivén.


No nada, no me envuelvo en tí. Hoy no.