15 julio, 2008

Junio

"Sublime caminamos bajo el manto de fuego un día
y hielo al otro. Elementos que carcomen las palmas
de manos pecadoras como las mías y las de mis
compañeros humanos.
Entonces escapo. Si el cielo no es suficiente, lancémonos
al mar. Así creamos nuestro propio suelo y
nuestro propio cielo; que quizás es donde sobrevuelan
peces de especies aún más pintorescas
y vitales o coloridas que las normales. Nadando.
Nadando, no hay cielo donde quemarse,
aire con el cual congelarse, ni asfalto que hiere
la piel.
Ínfimos, sumisos. No nos atrevemos a saltar,
a dar el primer chapuzón ni a caer por
empujón. Somos cobardes."