21 diciembre, 2011

Nuevo

“Todos los cambios, aún los que más esperamos, tienen su melancolía; por aquello que dejamos atrás, que es una parte de nosotros; debemos morir a una vida antes de que podamos entrar a la otra.” 

Anatole France


Pucha que se nos olvida la felicidad o nuestro 'propósito en la vida' cuando estamos pasando por momentos que parecen tan difíciles, amargos y complicados. Es cuando estamos en esos callejones que parecen aún no tener salida cuando tiramos la toalla de manera muy decidida, pero estúpida. Porque al fi
nal, todo eso genera un pequeño cambio, el salto de un obstáculo que nos ayudará a pasar a la siguie
nte etapa, que nos lleva al objetivo final que tenemos. Muchos gastan tanto tiempo pensando "¿cuál será mi propósito en la vida?", pero, loco, está en sus narices. Y al final, por llorar sobre los errores que cometemos y el dolor que este nos causa y que no queremos cambiar, porque estamos tan cómodos, perdemos todo el tiempo... A mí me da igual lo que duela, porque ya tengo mi rollo claro: todo sufrimiento tiene su propósito y un cambio, para una felicidad no efímera, sino eterna.









10 noviembre, 2011

Nota al pie

Noviembre me tiene con sueño, feliz, creativa, nostálgica y muchos adjetivos más que hacen una media mezcla terrible' rara.
Para variar, paso por acá intentando prometerme a mí misma continuar con este espacio, no matarlo después de 6 años... y eso :)

01 noviembre, 2011

Me siento como si mi corazón llorara todo el rato, pero mi cabeza no pudiera escucharlo.

27 octubre, 2011

Tanto vómito.

No quiero tener que volver a cuidar a nadie, no quiero seguir agrandando el historial de cuentos tristes y embarrás que tengo, porque sí, ser jóven y humano es para caerse y pegarse uno y pegarle al mundo y aprovechar y experimentar, pero yo ya pasé eso, yo quiero mirar bien a los dos lados de la calle antes de cruzar y quisiera, de verdad quisiera con todo mi corazón, que el mundo comprendiera eso, pero no todos entienden cómo funciona la mente de... mía, en este caso. Quiero ser protegida y que no jueguen más conmigo, quiero dejar de desconfiar en algunas personas porque tengo miedo a que sean tan ambivalentes como yo, quiero algo real, algo que me mueva el piso, pero no porque sean un terremoto, sino porque yo esté mal parada y me arreglen la base. Quiero descansar un rato, que mi corazón siga tranquilo, siga feliz, siga sólo un ratito más.

12 octubre, 2011

Octubre tiene un aire denso, no necesariamente de malo, sino de llevar muchas cosas consigo. Tiene aroma a incertidumbre y gusto a indecisión. Me complica. Me gusta, pero me complica a la vez. Me deja ese nudo en la guata que no me gusta tener. Que no me gusta tener, pero que siempre, en esta época del año, tengo yo.

Ay.

04 septiembre, 2011

Asjdfhidkjsjidns

Es divertido ser tan iluso como cuando uno es adolescente. Ahora, aún no sé bien qué soy, pero ya no me dejan usar esa palabra. Me gustaba la picardía e intensidad que todo adquiere sólo por estar en otra o no estar en nada, por recién andar descubriendo cosas, por aún confiar en la gente de manera despilfarrada, por el poco pudor. (...) Con el tiempo, creo que esas cosas no se pasan, pero se comienzan a ocultar. La irresponsabilidad, la efervescencia. Hay que mantenerse un poco más compuesto, pero yo no quiero. No puedo en todo caso, haga lo que haga, lo que pienso se imprime en mi cara. A veces quiero que me vendan cuentos bacanes como los que me vendían hace... TRES (nada) años atrás. Quiero reírme y coquetear con la noche. Lo demás, se puede dejar para más tarde. Hay mucho tiempo para ser adultos, pero para ser cabros chicos que se equivocan y se caen, casi nada. Yo viviré mi bonus track.

31 agosto, 2011

Estoy crónicamente loca...
Y eso es un don.

28 agosto, 2011

Algo y punto.

Amo enamorarme o tener esa sensación de enamoramiento heavy que hace explotar mi cara de risa, me encanta la idea de anhelar la compañía y la comunicación con ese alguien que se vuelve especial, es algo que me vuelve loca. Entonces, cuando hay espacios en blanco en mi corazón -como el que vivo ahora- siento que hace falta ese algo excitante y tan embriagador, tan de uno, una cuestión que sólo pasa en tú pecho (que va a reventar) y en tu cabeza. O la idea de gustar, como cuando uno era (más más) chico y toda pomada se vendía rápido y el más mínimo comentario venía con ene risas e ilusiones y rollos...
Y bueno, me falta eso, esa emoción.
A veces.

14 agosto, 2011

¿Cómo m... explicar lo que pasa por mi cabeza?

Para empezar, estoy bajo el agua.
Así me siento. Es como si mi cuerpo hubiese sido golpeado tanto, que ya no puedo sentir nada. O un shot de morfina. Todo está bajo letargo, bajo sueño intenso y es difícil pensar bien qué hacer desde ahora. Difícil coordinar mi mente con mi cuerpo, con mis emociones -que cambian a cada rato-, con el mundo en general. Me es complicado comunicarme con el resto, entender lo que sale de sus bocas, es como si fueran sólo sílabas sueltas que nunca llegan a ser palabras. Veo muchas luces, todo eso. Bueno, lo mismo de siempre. Así de somnolienta queda mi mente en este invierno.

11 agosto, 2011

Tengo el (mal) gusto de querer meterme siempre entre las pata'e los caballos. Oh my...

11 julio, 2011

En julio

En Julio tengo esto: drapetomanía, unas "sobrecogedoras" ganas de correr lejos. Tengo ganas de llorar y perderme un poco, de tirarme en la playa, también tengo ganas de besar ¿a quién quiero engañar? Además, besar es bueno. Besar y escapar.

Y todo esto pasa al ver que las cosas que me parecían importantes antes, ya no lo son. Ni las personas. Ni los lugares. Todo va mutando en una velocidad que me hace parecer bipolar. Porque quiero y quiero algo, o ver a alguien, o estar en alguna parte. Pero cuando llego, ya no me gusta más. Ya no vale la pena haber corrido todas esas cuadras.

05 julio, 2011

El frío y el invierno

Desde hace tiempo, desde que tengo memoria me he quejado con mis papás, con mis amigos, de que mi cabeza no deja de sonar. Ese ruido constante que provoca el corriente de consciencia eterno e incontrolable y sin sentido. Y bueno, mi cabeza suena y suena a través de los años y yo sólo me quejaba, que quería que por un momento dejara de sonar, dejara de pensar y de cuestionarme y de quejarme. Porque al final, siempre se reducía todo ese ruido en quejas. En motivación que después acababan en quejas, en críticas, en vomitar pura basura cuando ya era hora de descansar. Puede que no tenga mucha coherencia... pero ya lo descubrí, que todo ese ruido, además de ideas y preguntas sobre todo lo que me rodea, eran quejas y esta semana las quejas aumentaron. Mi mamá llegó a explotar, a llorar porque yo no me paro de quejar, no paro de actuar como si hiciera las cosas de manera perfecta y el resto no -cosa que es totalmente verdad (la afirmación sobre mi actitud) pero yo no - claro, everybody knows: no soy perfecta. No. Ni nadie. Y pensé... ¿qué es lo que quiero más que nada en el mundo? ¿Por qué /Para qué estoy estudiando? Sólo qué... para ayudar. Así que hoy, le he pegado un "wate" (en buen chileno) a mi cabeza. Mi boca, va a parar de sólo quejarse, porque en mi corazón hay mucho más. En mi corazón, sólo quiero ayudar. Y es tiempo de realmente hacerlo y parar de llorar como la pendeja que ya no soy.

Eso.

02 julio, 2011

No es posible amar y partir. Desearías que fuese así. Puedes transmutar el amor, ignorarlo, confundirlo, pero nunca lo podrás sacar de ti. Sé por experiencia que los poetas tienen la razón: el amor es eterno."
E.M. Forster

08 junio, 2011


Como no sé muy bien que contar sobre hoy, podría decir que mi corazón se parece al cielo en esta foto por el momento. Explota en confusión.

01 junio, 2011

Algunos mitos por ahí

Cuando alguien me pregunta si me he enamorado o cuántas veces lo he hecho, de verdad no sé qué responder y me apena un poco, pues no sé qué decir. He sentido que se me va a salir el corazón del pecho de la pura emoción muchas veces, mas no creo que vaya más allá, el resto se estanca. La única persona de la que creí estar realmente enamorada, sólo conquistó una parte pequeña y oscura de mí, que se fue difuminando con el tiempo. Ahora, siento que en el día a día de admirar la creación y todo lo que me rodea y sucede, he aprendido un poco más que la aceleración de la respiración es algo demasiado efímero para catalogarlo de síntoma para una situación tan seria y admirable (o, para algunos, sobre valorada) como el amor. Creo que para decir si de verdad he caído en esta condición de manera perenne y no ha sido un simple e infantil enamoramiento, debo sumar los detalles observables día a día, el estado de la mente y escuchar atentamente que el latido del corazón no sea tan sólo alocado, sino, que tenga vida, que vaya fuerte y seguro a lo largo de la jornada, que no deje de palpitar, pues tiene razón para hacerlo. Eso hemos de examinar. 

24 mayo, 2011

En verdad...

Es una verdadera molestia que decir la verdad no sea del agrado de todos.
Yo soy muy nueva con esto de decir las cosas sin muchos rodeos o sin que mi pecho sienta una gran presión. Siempre he intentado ser (intentado) suave; sincera, pero sin que le duela al otro.
Lamentablemente eso lleva a que uno se trague muchas palabras que estaban destinadas a ir bailar o patear piedras por ahí, así que me aburrí. Una parte de mi interior se desligó de esta esencia "políticamente correcta" que supuestamente tuve (¿?) y no es que ahora ande tirando palos verbales a Pedro, Juan y Diego, sino que intento expresar lo que pienso. Racional. Seriamente. Pero de corazón. Si es necesario para mí exteriorizar lo que opino acerca de un tema, tengo que hacerlo y no solamente para mi carrera.

Creo que lo mejor que puede hacer uno por el otro es decir la verdad, así he aprendido que me gusta a mí, pero cuesta encontrar ese punto del cuerpo auditivo y sensorial donde no le molestará al receptor escuchar... dónde el ego no se va a derrumbar (porque aunque digas una buena verdad y una que no duela, algo raro va a pasar).

10 mayo, 2011

23:30

Creo que cada año que pasa mi interior se empequeñece un poco más, la inocencia es un anhelo y no se aleja de mi vida. A ratos, podría decir que sí en algunos sentidos. He tenido locuras y algunos intentos de suicidio de mi situación "infantil", pero aún así sigo pensando como una cabra chica. Por ejemplo, cuando era niña no creía en el amor ni me compraba mucho el cuento del príncipe azúl, pero ahora así. A los veinte años, sí creo en los cuentos de hadas. Pido todas las noches porque no se me vaya a alejar la capacidad de asombro y que no me de vergüenza el querer permanecer cerca de un nido, de un regazo algo maternal.

Creo que cada año mi exterior "crece", pero mi interior se encoge, de manera muy dulce. No quiero que deje de pasar.

01 mayo, 2011

All you need is love

Se me olvidó lo que iba a escribir.
Pero no quiero que nunca se me olvide cómo me estoy sintiendo ahora, por tu amor :)

14 abril, 2011

Del Ecuador al Polo Norte.

Me asusta el modo en que la gente pasa de conocerse íntimamente a ser grandes desconocidos. El cómo, en un pestañéo, una distancia comunicacional abismante se instala al medio y por más que te quedes mirando y escuchando todo un día al otro, sientes que ya no es el mismo, que está actuando o lo cambiaron, quizás me cambiaron a mí. Y se genera esa pared ante la persona que querías, que quieres y que no te deja ayudar. O hablar.
Esa distancia abismante, colude más nuestras memorias, me "acerca" más a ti.

08 abril, 2011

De nuevo abril


Volver a Concepción no se siente como volver a mi hogar o a algún "punto de partida". Después de todo, mi familia se fue de la ciudad y yo me quedé donde siempre. Sí, a veces extraño comportarme como la hermana menor que no soy o hablar con mi mamá hasta tarde. Extraño que no importa la hora a la que llegue, siempre hay una luz prendida. O que no importa que tan agetreadas estén las agendas o apretado el bolsillo, siempre hay (había) gente de visita en casa. Siempre había almuerzo para un batallón, siempre había mucho por compartir. 
Ahora tengo que aprender a decidir sin preguntar "¿mamá, crees que está bien?"; tengo que aprender a salir de mi cascarón y que no todo llegará a mí, sino que yo también debo ir "hacia la montaña". Ir donde mis amigos, llamar, visitar a mi familia... aprender a re-encontrar y re-definir mi concepto de hogar. Las opciones en nuestro mundo parecen llover, pero hay que ser sabios. Saber en qué dejaremos las preocupaciones, nuestro descanzo y a qué (o a quién) volveremos cada noche para compartir y soñar. Siempre hay muchos deberes y preguntas y teorías. Pero, aunque aún no lo sé todo, sé una cosa. Yo ya tengo la respuesta. Y no es tan difícil como parece... no, después de todo (:

26 marzo, 2011

A veces...

... pienso en que nací para morir jóven, pero vivir bien.

21 marzo, 2011

Arrivederci por montón

Podría decir que el verano me quitó todo. Quizás no todo, pero hartas cosas. Me llevó algunas significativas horas al norte de mi madre y de mi hermano, guía a tres queridísimos amigos a kilómetros de este pequeño país, y, claro, incluso alejó un corazón de mí. Sin contar lo invisible a los ojos que se ha ido esfumando. Nada de esto duele tanto como realmente podría pensar, pero hace que anhele disfrutar cada día del otoño como si fuera algo totalmente nuevo. El panorama ni siquiera es lo suficientemente triste para querer odiar el verano o largarse a llorar. Sólo me deja cansada. Tanta despedida, tanta resignación y el hacer natural estas pérdidas para que no duelan me han secado un poco el corazón. No sé como explicarlo.
Sólo espero a que alguna lluvia venga y lo riega.

08 marzo, 2011

Por la noche

Lo que más me desconcierta de toda esta situación que me rodea, es que la soñé. En otro escenario, pero el resto era igual. Era mi cumpleaños y estaban muchas de mis amigas y tú, a mi lado, riéndote conmigo y ayudándome a maquillarme y verme guapa. Sonreías tanto que acaparabas toda mi visión, como supongo lo has hecho muchas veces... Todas hablábamos y reíamos a carcajadas, el ambiente era muy festivo. Me decías que tenías muchas sorpresas y mis amigas estaban muy felices de que estuvieras ahí, de manera tan real. En un momento yo bajaba a arreglar el lugar, a hablar con la gente y todo eso, mientras las demás y tú se quedaban en otra habitación. Pasaba un rato, empezaba a llegar gente, la música subía y la fiesta empezaba. Ahí me daba un escalofrío, algo heavy. Entonces iba a buscarte a ti y a mis amigas. Todos estaban menos tú, que te habías ido sin avisarle a nadie. Recorría el local, la cuadra; corría por toda la ciudad buscándote. Me subía a buses, bajaba cerros corriendo y en algún lugar entre eso, rompía en llanto sólo por la incertidumbre. Me llamaban para ir a mi fiesta, mi cumpleaños y tú no aparecías, sentía mi corazón encogerse y sobresaltarse cuando creía escuchar tu voz. Al final, después de horas, volvía al lugar y todos me miraban con esa cara de "no importa, todo sigue igual", entre alegría y lástima. No quería estar ahí, quería dormir. Y de repente te veía de espaldas. Tu piel, tu cabello, hasta sentía tu aroma... pero te estabas escondiendo. Cuando al fin lograba alcanzarte, ya totalmente exhausta, me mirabas de una manera tan rara... como si no me conocieras. Entonces sólo me decías como "se acabó, me tengo que ir, ya no pertenezco más aquí".

01 marzo, 2011

Volver

Hoy en la noche vuelvo a Viña, donde está (estaba) mi casa, mi familia, mis amigos, mis estudios, mi todo. Quiero volver, quiero llegar al terminal y sentir el mar en el aire y saber que si salgo me toparé con gente o poder caminar para llegar a cualquier parte. Aún así, en este mismo momento, con el sol pegándome tímido pero con intensidad en la piel, en medio de una casa que no siento mía y en una ciudad dónde aún me cuesta manejarme sola, no siento ganas de escapar. Acá se siente seguro. Casi (casi) como un buen nuevo hogar. Con todos los árboles y el río, con el cielo medio oscuro y la gente más fría.                                                                                                                                                     Voy a extrañar Concepción.                                   

26 febrero, 2011

¿a... mor?

Por lo general, creo que cuando decimos amar o querer a alguien o algo, nos quedamos mucho con lo alegre y excitante que tiene que tener la experiencia en cada minuto. Conocemos a alguien, pasa un tiempo (mucho o poco) y decidimos integrarlos a nuestro círculo de vida, pasa en amistades y en amores. Las endorfinas y la revolución hormonal, física y emocional que está sucediendo en ese mismo momento exceden nuestro presupuesto momentáneo de felicidad y nos entregamos a la relación, al compartir. Pero lo que realmente importa es el momento en que comienzas a ver las manchas, las molestias crecen, los disgustos surgen en mayor proporción y el susto, a veces escondido en enojos o indiferencia, nace. Y, sin querer, te encuentras aferrándote a la imagen del primer día en que la otra persona simplemente voló tu cabeza con una sola mirada, todas las mariposas en el estómago que te provoca un primer encuentro cercano, etcétera. Pueden haber pasado uno, dos, tres, cuatro meses o hasta un año, pero no son suficientes.  Ésto que pasa cuando una persona rompe todos tus esquemas y después te das cuenta que no era como pintaba... o como uno lo pintaba. Siendo aún jóven es muy fácil caer en tales círculos. Puede ser decepcionante o frustrante, la idea es seguir, pero a veces parece más fácil y menos egoísta (aunque un poco sufrido) terminar cuando el malestar ante detalles o grandes defectos del otro (o cosas a las que no acostumbrabas) se te plantan en la cara. Pero no es nada y de eso no se trata una relación. Lo mejor de compartir con otra persona aspectos de tu vida y de tu interior, es ver estos obstáculos y pasarlos. Puede doler más que la mierda, pero al pasarlo y ver el otro lado del camino, se capta cuánto es que vale la pena. No hablo de forzar relaciones que en verdad están destinadas a terminar y ya, se trata de pensar seriamente y responder con el corazón "¿No había quedado en comprometerme con esta persona, para ayudar, para abrazar o sólo estar?". Para pisar el orgullo, los celos, los prejuicios y la mala ortografía o el mal aliento del otro porque sólo come cebollas. Cuando puedes ver que, pese a todos los baches, aún el otro tiene esa mirada que vale un millón de millones de peso... ¿Por qué no aperrar? Eso, querer, entregar y olvidarse de nuestras propias trancas, es amar. Quizás yo aún no sé hacerlo, pero... lo quiero intentar.

01 febrero, 2011

Un poco de contexto...


Bien.
Mi plan es comenzar a escribir más seguido y con buena calidad (para que sirva el haber pasado por redacción en la U). Así que me estoy poniendo las pilas, recolectando todas las ideas que tengo tiradas en post its al rededor de la pieza. Pero antes, es bueno contextualizar con tutti, como si alguien que no me conociera nada (o casi nada) y no viviese acá me leyera.

Mi familia se mudó a Concepción. Nosotros somos originales de Viña (la ciudad más turística del país, con mucha playa - da para otra historia), pero por temas de trabajo mi mamá, su esposo y mi hermano se trasladaron acá hace una semana, incluyéndome a mí en el pack mientras aún tengo vacaciones de verano.

Concepción fue algo así como el epicentro o "punto" donde se desencadenó el terremoto que afectó a nuestro pequeño país hace un año. En pocas palabras, las secuelas estructurales y psicológicas del sector , persisten. Por ejemplo, pueden encontrar aún en el centro la llamada "zona cero" o, para los que entienden, el edificio Alto Río, que se partió y cayó (a su derecha en foto).

Desde acá, una casa sin vista a la playa, puentes que cruzan el Bío-Bío y a ocho horas de mi ciudad natal, comenzaré a remodelar este espacio que tenía medio botadito. Lo prometo.

08 enero, 2011

Educación emocional.


Cuando tenía seis años mi tata me regaló mi primer libro. No un libro corto de 20 páginas y lleno de dibujos. The real libro. Me acuerdo que me resultó tremendamente emocionante ver esas más de cien páginas llenas sólamente de letras, además de anotaciones a pie de página, era un nuevo mundo para mí. Tener este libro en mis manos, para disfrutarlo durante el verano, era la prueba de que había pasado la primera etapa y me sentía un paso más cerca de pertenecer a un grupo de gente culta y lectora del que yo anhelaba formar parte algún día. Extraños deseos para los seis años.

El libro era chiquitito y me cabía en mi mochila de Minnie. Además, era sobre un niño italiano un poco más grande que yo y eso me parecía maravilloso, pues yo estaba en un colegio italiano. Recuerdo haber calculado la cantidad de páginas que debía leer para que el libro me durara la mayor parte del verano, además que estaba recién desarrollando mis habilidades como lectora. Cada mañana mi nana me despertaba apenas llegaba para que yo tuviera un tiempo tranquilo de lectura y me ponía a, detenidamente, estudiar cada página.

Con los días sufría. El libro me parecía altamente trágico y triste para que fuese protagonizado por un niño un poco más grande que yo, aunque no entendía tanto. Un día me rehusé a leerlo y no quise seguir más, me parecía muy injusto para la vida de un niño tener tanto dolor por amor... así que subí seis pisos hasta donde vivían mis abuelos. Mi tata estaba sentado en la pieza de la biblioteca, leyendo el diario antes de salir al trabajo. Él cuenta que yo estaba muy indignada y le devolví el libro alegando lo penoso de su trama.

Mi abuelo esa vez me dijo que en los libros iba a encontrar y conocer el amor, o imaginarlo hasta que se manifestara realmente en mi vida. Así que volví y leí el libro, como he leído cada libro que me pasa cuando llegan las vacaciones. Pero es sólo teoría, es sólo un imaginario, la práctica, el amor físico, aún dudo tenerlo tan claro como casa sensación que he leído hasta ahora.

Y hace poco, la práctica y la teoría se unieron, transformándose física y psicológicamente en un párrafo de un libro. Un párrafo que voy a escribir y describir. Pero hoy no, mañana tal vez.

03 enero, 2011

never been so LOST and never been so...

Japi. Y entonces, a veces me esfumo del mala un rato y vuelvo. En verdad, uno siempre está ahí... o aquí, en el planeta, in the spotlight, whatever. Pero es bueno intentar desaparecer o sólo dar ciertos rastros de vida. Da para pensar. Y bueno, andar así, un poco underground y a la vez no, ya se me pasó. Pero hizo justo el espacio para que diera mis propios pasos y que nadie me empujara en ninguna dirección y, sí, quizás no sé muy bien dónde estoy right now, es un gran planeta (real y psicológicamente hablando) y eso me hace sentir un poco perdida. Pero, a la vez, tan tan feliz. Por eso: nunca he estado tan perdida (sin planear mi día siguiente ni nada, que todo fluya, tanta incertidumbre), pero nunca he estado tan feliz.